Camino Católico.- Pilar Jiménez Regalado tenía 15 años cuando entró en la misma doble dinámica que otros muchos miles de jóvenes en España: ir a los grupos de Confirmación por rutina y por complacer a los padres, y salir de juerga con novios y exceso de alcohol los fines de semana. Pero aquello no le llenaba.
En su coherencia quiso dejar la catequesis, puesto que no creía: «Mira, vengo a despedirme… No me quiero confirmar porque no me quiero confirmar sin creer en Dios». Sin embargo, el sacerdote le pidió que hiciera un retiro y si después no quería seguir, se podía ir. Tanto le insistió que fue.
Una noche de Adoración Eucarística, se vio ella sola ante el Santísimo expuesto: «Aquella noche, ese “trozo de pan” estaba en la custodia, estaba en el atar, y yo le miraba. Y yo notaba que Él me miraba. Y dije: ¡Que no, que eres un trozo de pan! Los trozos de pan no hablan. No puede ser. Que no, que no. Pero en ese “que no, que no, que no,” hubo un momento en el que me deshice, me derrumbé. Recuerdo que abrí el corazón, una rendijita, pero lo abrí. Y el Señor entró».
Ella te continúa contando su historia de conversión en primera persona en Camino Católico.