Este reportaje de El Debate de hoy ilustra en qué consiste y cómo funciona el Meeting de Rimini, posiblemente el mayor evento cultural católico que atrae a miles de jóvenes cada año.
«Una ciudad de vacaciones comparable con nuestro Alicante, en pleno agosto, buen tiempo y marcha nocturna. En ese entorno, ver a miles de personas, muchas jóvenes, dialogando, visitando exposiciones o asistiendo a encuentros que profundizan sobre la sociedad, la cultura y la fe es asombroso, al menos para un español.
Por el Meeting de Rimini (Italia) pasan cerca de 800.000 personas durante ocho jornadas, en las que no reciben créditos ni diplomas universitarios. ¿Cuál es la clave del éxito de este gran encuentro que promueve Comunione e Liberazione? Trataré de explicarlo con cinco razones:
- Modernidad. Desde el primer momento en que uno accede a la Feria de Rimini,se percibe una estética moderna con un diseño de carteles colorista, luz y pantallas de vídeo que invitan a conocer y descubrir. Empresas de tecnología y comunicación conviven con ofertas de productos típicos de la Calabria o Lombardia y con foros sobre inmigración, arte, fe… El enfoque familiar está presente en algunas de las actividades, incluso en el estanque interior de la feria, aportando un toque alegre y dinámico. En ese entorno vibrante cuaja el interés por profundizar en la cultura cristiana de hoy. Una propuesta que se aleja de las paredes grises y mal iluminadas de otros foros que confunden la sobriedad con la tristeza.
- Formatos desenfadados. Diez minutos de exposición y 50 para el coloquio, abierto a todos los asistentes. Ese era el formato del encuentro en el que intervine hace unos días. Lejos de la rigidez de las conferencias o clases magistrales, el Meeting promueve la participación, que tengan voz los asistentes. Para facilitar este diálogo, hay grupos de voluntarios que estudian los temas del día y preparan posibles cuestiones para cada encuentro. Más que dar respuesta a las grandes cuestiones mundiales, el objetivo es despertar el interés por la cultura y poner de relieve la actualidad de los valores cristianos. Cambiar el formato, animar a que se planteen temas del interés de la audiencia, da resultado.
- Diversidad. Uno puede asistir a una exposición sobre el centenario de la Revolución Rusa, asistir a una intervención de mujeres judías y palestinas que trabajan por la paz, contemplar obras de artistas como Andy Warhol o escuchar una sesión sobre la integración de los refugiados en pocos minutos. Todas las modalidades artísticas de hoy tienen cabida, desde la música al vídeo, en un entorno que no se cierra en sí mismo. El ecumenismo forma parte de esa diversidad, con rabinos o líderes budistas que aportan sus puntos de vista particulares. Un entorno abierto a todos en el que nadie se siente extraño.
- Voluntarios motivados. A una de las jóvenes que me acompañó durante la jornada, universitaria de Milán, le pregunté por una exposición sobre Tierra Santa, que no era la más relevante de las 14 que se podían visitar en el Meeting. Al instante, sin necesidad de revisar papeles o una guía, comenzó a aportar algunos datos relevantes, con una desenvoltura y seguridad que me impresionaron. La implicación de jóvenes universitarios durante estos días es una de las claves del éxito. Son el motor de una muestra que asumen como propia, facilitando desde la movilidad de los invitados hasta las actividades con los más pequeños o el soporte técnico del Meeting.
- Ambición. Las autoridades italianas no suelen fallar a este encuentro veraniego. En esta ocasión, la principal figura ha sido el primer ministro, Paolo Gentiloni. Mientras que por parte del Vaticano, el secretario de Estado, el cardenal Parolin, ha intervenido en la clausura. Son figuras que marcan la agenda de la actualidad en los medios de comunicación italianos durante una semana.
Esa ilusión por llevar al primer plano de la actualidad la cultura cristiana se aprecia también en el número de encuentros o mesas redondas, más de cien, así como en la calidad y diversidad de las exposiciones. En total, la feria ofrece más de 150.000 metros cuadrados de espacio dedicado al ocio y la cultura. Para ello, cuentan con un presupuesto de 5,4 millones de euros, que consiguen gracias a patrocinadores y fundraising, ya que la entrada es gratuita.
La suma de todos estos elementos completa un foro de primer nivel en Europa. Consigue presentar de forma atractiva, en el mundo de hoy, la cultura y los valores cristianos. Todo un referente del que tomar nota».