Son innumerables los mensajes de whatsapp que he recibido estos días en los que se me contaban cosas de Teresa Cardona y entonces me han venido a la cabeza en unas palabras de San Josemaría y que Teresa supongo que meditó en muchísimas ocasiones: Paradoja: es más asequible ser santo que sabio, pero es más fácil ser sabio que santo.
Teresa no ha fundado ninguna Congregación religiosa, no ha escrito ningún best seller de espiritualidad, ni ha ocupado puestos de relevancia en la Curia Romana. Teresa sólo ha sido una buena profesora y una excelente subdirectora de un Colegio Mayor y ya está.
Sin embargo eso es suficiente para alcanzar la santidad porque, como decía San Juan de la Cruz, al atardecer de nuestra vida se nos examinará del amor y esto está al alcance de cualquier fortuna. Tú y yo podemos, si queremos, ser santos porque Dios sólo nos pide amar.
A Teresa, Jesús se la ha llevado no por sus títulos, sino por su amor. Dios ha visto que ya estaba preparada para ver el verdadero AMOR y por eso se la ha llevado a su lado. En los muchos mensajes que he recibido sobre ella todos coincidían que era una mujer que sabía querer.
Gracias Teresa por enseñarnos lo verdaderamente importante: Amar sin condiciones, sin cálculos, sin ambiciones.
Robert Tyrrell