Hoy, Señor, fuiste concebido en el seno de la mujer más hermosa y maravillosa del mundo. La mujer más fuerte y «empoderada» de la historia. Hoy, Señor, tu Madre dijo «SÍ».
Que yo sepa decirte, también, Señor, a cada instante, «Fiat mihi secundum verbum tuum», «Hágase en mí según tu palabra». Ya sabes que aquí tienes a tu siervo, Señor, ojalá sepa mostrar mi disponibilidad como lo hizo la Virgen.
Ella nos da un ejemplo de llamado, de vocación eterna. Nos alumbra: quien dice «SÍ» a Dios es recompensado desde ese momento y camina el sendero de la felicidad. «Felicidad», una palabra que empieza por FE-, y termina por -DAD. Gracias, Señor, por hacerte hombre hoy y nacer a nuestra carne dentro de nueve meses.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra. Ora pro nobis.