La transfiguración del Señor, Misterio de Luz, nos trasporta a otro pasaje del evangelio proclamado el primer lunes de cuaresma. El pasaje del capítulo 25 de S. Mateo: tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber.
Esas palabras pronunciadas por Jesús en su última venida, en la Parusia final.