En el momento de la imposición de la ceniza el sacerdote en el rito dice: Conviértete y cree en el evangelio. No hay que ser muy avispado para darse cuenta que la frase nos trae un doble reto a los hijos de Dios.
El primero de ellos es pararse y darse cuenta de si hay que continuar por el ese camino por el que vamos andando o por el contrario hay que darse la vuelta porque el camino que hemos emprendido puede que no sea el correcto. Para poder ver si voy por el camino correcto debo enfrentarme al segundo reto: creer, vivir, el evangelio.