Esther Sáez, víctima del atentado terrorista del 11 de marzo de 2004 en Madrid, ha dado un testimonio sobre el sentido del sufrimiento humano en unas jornadas organizadas por la Universidad de Navarra. Hace un tiempo nosotros publicamos su testimonio de conversión en un vídeo impresionante.
Aquel día, cuando Esther llegó al hospital le daban 24 horas de vida. Tenía la arteria hepática seccionada, los pulmones estallados y abrasados, y la cabeza quemada por detrás.
Cualquiera de nosotros seguramente no tendría claro si podría perdonar a los terroristas, pero ella dice que lo hizo desde el primer momento. Menudo ejemplo. Ella explica que pudo hacerlo porque no está aquí para “juzgar a nadie” y quiere contar su testimonio para demostrar cómo “el Señor es capaz de sacar luz y hermosura ante cualquier situación”.
Estuvo en coma y cuando despertó no recordaba nada, ni si quiera que tenía hijos. «Lloré con mucha desesperación. Hasta que una voz por dentro me dijo ‘no tengas miedo’. Entonces yo, enfadada pensaba ‘¿no decías que ibas a estar siempre conmigo?, ¿por qué has permitido esto?’. Entonces comprendí que no podía reprocharle nada a Dios, porque él no lo había hecho conmigo. Nunca antes había dedicado ni un segundo de tiempo a ver las ofensas que yo le había hecho a él. Me encontré con la mirada de Cristo. Tengo un 67% de minusvalía, me han operado en 13 ocasiones, y sufro dolor crónico, pero soy una persona inmensamente feliz”.
¿Se puede ser feliz en medio del dolor? Se puede. Esther nos lo ha mostrado, así que cuando creas que no puedes más, recuerda que Dios siempre está a tu lado porque es un Padre bueno que te quiere con locura.
Sobre este testimonio puedes leer el artículo completo en este enlace de la Universidad de Navarra