Hoy, Jesús nos previene directamente a nosotros sobre una forma de ser, sobre la esencia de una actitud tóxica, que Él mismo llama «la levadura de los fariseos y de Herodes». He de despertar en este día para estar pendiente de las necesidades de los demás. He de despertar para hacerme consciente de los signos que el mismo Jesús me ha regalado ya. Son signos poderosos, de amor, ligados a la Verdad de un camino a seguir. El camino hacia la santidad.