El Papa Francisco ya nos tiene acostumbrados a sus detalles de cercanía con sus hijos, pero siempre son una gran sorpresa para quién los recibe de forma inesperada.
Es el caso que leemos en Aciprensa. Se trata de una visita inesperada a un monasterio de monjas de clausura franciscanas.
“Es muy difícil transmitir la alegría y la sorpresa comunitaria al haber visto aparecer al Papa Francisco en nuestro patio”, comenta la abadesa.
“Todo fue muy espontáneo, no preparado”. La abadesa dijo: “nos pidió hacerle preguntas. Así que elegimos el tema de la vida fraterna, la espiritualidad. Y le hemos preguntado cuáles son sus intenciones de oración más urgentes para la Iglesia”.
Por su parte, continuó, “Francisco ha compartido con nosotras sus preocupaciones y esperanzas, como si fuera un encuentro de una familia”.
En este enlace de Aciprensa puedes leer cómo desarrolló la jornada en la que el Papa, además comió con las religiosas.