Somos jóvenes, tenemos toda la vida por delante, estamos llenos de pasión, de entusiasmo, con mil proyectos por delante, sin embargo… ¿si hoy muriera qué pasaría? Da vértigo pensarlo, es una pregunta que parece no tener nada que ver con la juventud, «somos jóvenes, no pensemos en la muerte»…
Pero realmente es una pregunta súper importante que nos tenemos que ir haciendo porque nos ayuda a vivir con sentido, a vivir auténticamente, a vivir como queremos vivir de verdad. Si me muriera hoy, ¿qué no me hubiera gustado no hacer? ¿Qué me hubiera gustado hacer? ¡Piénsalo! O mejor aún… ¿cómo querría que me recordasen? ¿Soy esa persona que estoy llamada a ser, que quiero ser? Y si realmente me muriera hoy… ¿qué pasaría con esa persona quiero ser? ¿Estoy lejos de lo que quiero ser?
Es muy importante vivir el presente de la mejor manera posible porque hoy es el día más importante, el único. Vive cada día como si fuera el último, ¿de qué hablarías con tus amigos? ¿Cómo aprovecharías el tiempo? ¿Cómo rezarías? ¿Cómo comulgarías? Pues así tenemos que vivir nuestra vida. Somos taaan afortunados de vivir, de tener la libertad de amar, de tener el regalo de la familia, de los amigos… ¿lo valoramos realmente?
Hoy piensa ¿cómo te gustaría vivir? ¿Qué prioridades tengo? ¿Qué huella he dejado? Cada día tenemos que dejar esa huella, ¡tenemos la oportunidad única e irrepetible de amar hoy! Hoy, si puedes hacer feliz a alguien, hazlo, no lo dudes, por pequeño que sea. Y por último, pregúntate ¿Dios está contento con mi vida?¿Hago yo feliz al Señor con mi vida?
Estamos hechos para LA VIDA, una vida gigante, hay que volar alto, hay que amar hasta el extremo, nada de comodidades, sino amar de verdad aunque muchas veces no sea cómodo. Cuando pienses en la muerte… VIVE y hazlo por los demás, por lo que verdaderamente vale la pena. La vida es el mejor regalo para ser regalado.