Cómo Hacer un Corazón que No Ama
Según las enseñanzas de san Josemaría, un corazón que no ama es uno que se ha distanciado de su vocación de servicio y amor. Este tipo de corazón:
- No Cuida de los Demás: Se vuelve ciego ante las necesidades ajenas, enfocándose solo en el bienestar personal. San Josemaría nos enseña que el amor verdadero implica sacrificio y entrega, algo que este corazón desconoce.
- Sólo Sabe Ser Servido: Este corazón se ha convertido en un centro de egoísmo. En lugar de servir a los demás, espera ser servido, perdiendo así la esencia de la caridad que es dar sin esperar nada a cambio.
La humildad es esencial para el amor, el egoísmo lo mata. Un corazón sin amor es soberbio, incapaz de reconocer sus faltas o las necesidades de los otros. No puede amar. Por eso hay que conectar con Dios desde la vulnerabilidad, como explica esta meditación
Cómo Tener un Corazón Bueno
Me parece que tenemos una excelente guía en las Sagradas Escrituras. Para cultivar un corazón que no admita resentimientos ni rencores, podemos inspirarnos en el Capítulo 13 de la Primera Carta a los Corintios de San Pablo:
- Un Corazón que Sabe Sufrir: El amor, según San Pablo, «todo lo sufre». Un corazón bueno reconoce el dolor como parte de la vida, pero lo enfrenta con paciencia y fortaleza, sabiendo que el sufrimiento puede purificar y fortalecer.
- Un Corazón que Sabe Amar: «El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad.» Aquí, San Pablo describe un amor que trasciende las circunstancias, un amor que es constante y generoso.
- Superar los Desafíos: Un corazón bueno no se abate ante las dificultades. Al contrario, ve en cada desafío una oportunidad para amar más profundamente, para perdonar y para servir. Este amor no tiene fin porque está arraigado en la caridad divina, que todo lo puede soportar y todo lo perdona.
- El Corazón en Oración: Un corazón que busca a Dios es un corazón que ora. La oración es el alimento del alma, la conversación íntima con nuestro Creador. Dediquen tiempo cada día a la oración, no como una obligación, sino como un encuentro de amor con Aquel que los conoce mejor que nadie.
- La Eucaristía, Centro del Corazón: La Sagrada Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha dado. En ella, Jesús se entrega por nosotros, se hace alimento para nuestro camino. Acérquense a la Eucaristía con frecuencia, con un corazón dispuesto a recibir el amor infinito de Dios.
- La Palabra de Dios, Luz para el Corazón: Leer la Biblia, meditar sus enseñanzas ilumina nuestro camino, nos guía en la verdad y nos llena de esperanza. Un corazón que se nutre de la Palabra de Dios es un corazón que conoce el amor verdadero.
Cuidar nuestro corazón desde una perspectiva sobrenatural implica un constante retorno al amor de Dios, que es la fuente de todo amor verdadero. Es un proceso de transformación personal donde se busca no solo evitar el mal, sino hacer el bien, superar el egoísmo con generosidad, y vivir cada día con la intención de reflejar el corazón de Cristo, que amó hasta el extremo.
Padre Juan Carlos Vásconez
Web: Hablar con Jesús
Ig: p.juancarlosv
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