Estos días se está hablando mucho de reconstruir, pero ¿Qué? ¿Nos vamos a quedar en solo limpiar las calles? Esta generación se va a ir sin resolver el gran problema que tiene: una crisis de amor.
¿Qué significa esto? Nuestros padres y abuelos conocieron lo que era amar y nos lo enseñaron: darse a los demás sin medida, dar no lo que les sobraba sino hasta la propia vida, ser capaces de superar dificultades en la convivencia…y ¿Hoy? Hoy no somos capaces de darnos, solo de dar; no somos capaces de superar una dificultad sino de emprender otra aventura.
Hoy a esta generación le pasa que se ríe del amor porque no sabe amar. Lo vemos en el evangelio con la pobre viuda que va al templo. Los discípulos ven a los ricos que echan grandes cantidades de dinero y les asombra y luego ven a la viuda que echa solo unas monedas y se ríen de ella porque todavía no son capaces de entender que amar es entregar la vida totalmente.
El problema del amor está en «totalmente», ya que hoy tenemos miedo al futuro y eso hace que no seamos capaces de dar en presente: por si…por si acaso falla el plan, por si acaso la convivencia no funciona, por si los niños no me van a cuidar. Hoy hay muchos por si.
Reconstruir esta civilización pasa por aprehender y vivir amando sin condiciones, sin los «por si…» que tantas veces dañan el amor de verdad.