¡Qué pena me da escuchar en estas horas a unos políticos de un signo y de otro haciéndose reproches sobre lo que esta pasando en muchísimos puntos de España! ¿Son horas de reproches? Creo que no, son minutos en los que todos los que puedan – empezando por esos mismos políticos – bajen al barro y ayuden a quitar el lodazal.
España, cuando quiere y han sido muchas veces, ha demostrado que sabe querer y apreciar a quien lo esta pasando peor. Hemos visto cómo se ponía esos trajes blancos para quitar el Chapapote, las cenizas del volcán de La Palma y lo que haga falta.
Hoy este país tiene que mostrar al mundo y a los políticos que el pueblo esta muy por encima de las ideologías, que sólo tiene una idea que es, como dice el Papa en su ultima encíclica, asistir al que lo ha perdido todo. Tenemos la oportunidad de enseñar que el mendigo es mi amigo.
Después, cuando hayamos recuperado a los fallecidos y nos alegremos por encontramos con los desaparecidos; después, cuando hayamos limpiado las calles, recuperado las comunicaciones, reparemos los edificios… después, buscaremos, si es que los hay, a los culpables.
Hoy es tiempo de ver el rostro sufriente de nuestros vecinos y acompañarlos con el silencio, consuelo, oración y -si te es posible- con tu ayuda material.
Rezo para que este país y cada uno de sus hijos e hijas sepa estar a la altura de este nuevo desafío que nos presenta el dolor.
