La llamada de Jesús: ¿Quién está dispuesto a cargar la cruz?

Cambiar el mundo

Sin Autor

A veces, siento que vivimos en un mundo donde la idea de seguir a Jesús está llena de malentendidos. Nos encanta la parte de «amor», pero cuando se trata de la cruz… ahí es cuando la cosa se pone seria.

«Parece que tengo muchos amigos que me siguen por amor,  pero en el fondo me rechazan, porque no aman mi cruz. Tengo muchos amigos en mi mesa, pero pocos en mi cruz.» Imitación de Cristo, I, c 11, n 1.

¡Qué fuerte! Esta frase me dejó pensando. Muchos queremos seguir a Jesús, pero no siempre estamos dispuestos a aceptar todo lo que eso implica. Amamos la idea de estar con Él cuando todo va bien, pero cuando llega el momento del sacrificio o de renunciar a algo, ahí es donde las cosas se complican.

Amar la cruz: Un reto, pero necesario.

Jesús no nos engaña, seguirle no es solo ir a misa o rezar de vez en cuando. Él nos invita a algo más grande, algo que puede asustarnos: amar y llevar nuestra propia cruz. Y eso no es nada fácil, pero es el único camino que nos llevará a alcanzar el cielo. “El camino a la santidad pasa por la cruz” Papa Francisco.

Por eso, tal vez, estos cuatro pasos, te ayuden a seguirlo de verdad.

  1. Desear la santidad: Esto no es solo un ideal lejano, es para todos. Jesús dice: «El que quiera venirse conmigo…». O sea, nos está invitando a decidir si realmente queremos caminar con Él. Suena sencillo, pero implica radicalidad y compromiso.
  2. Renunciar a uno mismo: Aquí viene lo duro: «Que reniegue de sí mismo». Este es uno de esos momentos en los que toca dejar de lado el ego, los caprichos, y aprender a ponernos en segundo plano para hacer la voluntad de Dios. No es fácil, pero es lo que nos libera de nosotros mismos. «La cruz, en la que se muere para vivir; para vivir en Dios y con Dios” San Juan Pablo II.
  3. Aceptar el sufrimiento: Jesús no nos promete una vida sin problemas. Nos dice claramente: «Que cargue con su cruz». Cada uno tiene su propia cruz, pero lo que hace la diferencia es cómo la llevamos. No es solo aguantar por aguantar, sino hacerlo con sentido, por amor y con alegría.
  4. Actuar y seguir a Jesús: «…y me siga». Esto es clave. No basta con sentirnos bien con la fe, o con entenderla, hay que vivirla en lo que hacemos todos los días, en nuestras labores ordinarias. Actuar, poner en práctica lo que creemos.

La confianza en el ejemplo de Jesús

Jesús nos mostró el ejemplo perfecto de lo que significa amar hasta el extremo, y nos invita a hacer lo mismo. El camino puede estar lleno de desafíos, pero no estamos solos.

Él nos acompaña en cada paso, fortaleciendo nuestros corazones cuando el peso de la cruz se hace más difícil de llevar.
Así que la próxima vez que sientas que el camino es demasiado duro, recuerda que Jesús ya lo recorrió primero. Él sabe lo que es sufrir, pero también sabe lo que es vencer, y te invita a compartir esa victoria con Él. No tengas miedo de cargar tu cruz, porque en ella, descubrirás la verdadera libertad y el verdadero amor.

Francisco Gatica de la Llave