La Virgen del Pilar

Catequesis

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La tradición cuenta que el 2 de enero del año 40 de la Era Cristiana, estando muy desanimado el apóstol Santiago el Mayor por lo reacia que era la gente a convertirse, vino desde Jerusalén, donde estaba viviendo, la Virgen María. Naturalmente consiguió darle nuevos ánimos, y le dejó como testimonio de su visita una columna de jaspe. También le prometió que ese santo lugar permanecería hasta el final de los tiempos.

Cuando la Virgen regresó a Jerusalén, Santiago y sus discípulos construyeron la primera capilla que se hizo en el mundo en honor de la Virgen. En el siglo IV pasó a ser un templo de veneración pública.

La evangelización iniciada entonces no ha terminado. Ahora nos corresponde continuarla a cada uno de nosotros. La Santísima Virgen nos ayuda siempre a recobrar fuerzas nuevas, para que no haya nunca desánimos.

San Josemaría Escrivá de Balaguer contaba que su devoción a la Virgen del Pilar, comienza en mi vida, desde que con su piedad de aragoneses la infundieron mis padres en el alma de cada uno de sus hijos. Más tarde, durante sus estudios sacerdotales, y también cuando cursó la carrera de Derecho en la Universidad de Zaragoza, sus visitas al Pilar eran diarias.

Rafael de Mosteyrín Gordillo