“Preocuparse por la felicidad de los otros es el camino para ser felices de verdad”
12 de agosto de 2024, fecha que pone un punto y aparte en mi vida. Mi voluntariado en el Perú ha concluido, y sin duda una experiencia para toda mi vida. Es la primera vez que realmente le digo sí al Señor y adentrarme en un lío que nunca hubiera pensado que me iba a aportar tanto. Y es que, tenemos que estar dispuestos a que los planes de Dios cambien nuestras vidas, a no tener miedo y a decir un sí rotundo a lo que Dios tiene preparado para nosotros, que es algo muy grande.
Este año fue mi primer campo de trabajo y la verdad ha sido una de las mejores decisiones de mi vida. Si te estas planteando hacerlo dile al señor, SÍ, adelante, porque te aseguro que no te arrepentirás. Y es que Perú me ha ayudado más de lo que yo he podido ayudar. Pero… ¿qué me llevo de esta experiencia?
Principalmente, un crecimiento espiritual brutal. Conocer y compartir mi fe con otras personas me ha ayudado una barbaridad. Una experiencia increíble fue ayudar en el orfanato que la comunidad Siervas de Jesús posee en Ferreñafe.
La comunidad de monjas allí son heroínas sin capa, personas que en su mirada se aprecia ese amor de Dios que lo transmiten a cada uno de los niños que cuidan. En especial, me llevo conocer a una de las madres que fundó esta casa tan acogedora, la madre Revuelta, española, que le dijo sí al Señor y que actualmente sigue dando su vida por y para los demás.
Asimismo, me quedé asombrado con la fe del pueblo peruano, al poco tiempo de llegar me di cuenta de que tenía una gran falta de fe. Vi reflejado los valores cristianos en cada una de aquellas personas. Para mí fue un choque gigante ver la comunidad cristiana en Perú, tienen un amor a Jesús envidiable, y ojalá algún día llegue a tener ese cariño que vi con mis propios ojos.
Realmente te das cuenta o de alguna manera te recuerda que darse a los demás te hace más feliz y que es el verdadero interés desinteresado por los demás lo que te da un corazón enamorado. Y verdaderamente creo que esta es una gran razón por la cual deberías animarte. Esta experiencia te ayudará a como dice San José María en el punto 827 de Surco a comportarte como el Señor.
Además, he aprendido a apoyar mi vida en el Señor al 100%, a contarle mis preocupaciones y debilidades, porque, sí, durante el voluntariado hay días duros y muy difíciles, y recuerda que es también en el dolor donde está Jesús de Nazaret. El problema es que ves con tus ojos demasiadas injusticias y situaciones demasiado vulnerables. Para mí lo más duro, pero a la vez de lo mejor de Perú, los niños.
Doy gracias a Dios por esta gran experiencia y por cada una de las personas que lo han hecho posible, en especial a Jose Manuel. Rezo para que más jóvenes se animen, y ojalá que tú que estás leyendo esto te animes algún día a realizar un voluntariado así. La alegría que vives durante ese mes es increíble te lo aseguro.
Veritas vos liberabit.
Carlos García Suárez