El lunes nos despertábamos viendo a la Iglesia de la Inmaculada Concepción en Saint-Omar, en Francia, envuelta en llamas. El fuego que se inició en la Sacristía y se extendió a todo el templo.
A pesar del drama que supone ver quemarse una iglesia, ha trascendido el gesto heroico del párroco Sébastien Roussel. Al llegar al lugar los bomberos le permitieron entrar a la iglesia durante unos minutos para salvar algunos elementos. “¡Quería evacuar el Santísimo Sacramento!”. Lo logró. También pudo salvar algunas estatuas.
La iglesia fue construida en 1859, sobrevivió a dos guerras mundiales y solo fue renovada hace seis años.
Fuente: Infovaticana
