«Las propiedades de la sed». Marianne Wiggins

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Sin Autor

Cuando Japón ataca Pear Harbor y Estados Unidos entra en la Segunda Guerra Mundial, los japoneses de algunas zonas afincados en el país son confinados en campos de internamiento.

Al funcionario Schiff, judío de Chicago, le encargan la dirección de uno de estos lugares. Allí entra en contacto con Rocky Rhodes -un idealista que ha abandonado el Este para afincarse en California y que mantiene una lucha jurídica con Los Ángeles a causa del agua- y con la familia de aquel, viudo y padre de mellizos.

Esta relación va marcando el ritmo de la novela, con saltos en el tiempo para conocer más detalles sobre los protagonistas, en la que el agua y la gastronomía tienen un papel destacado, así como el desarrollo de la guerra en el Pacífico y la relación entre Sunny, la hija de Rocky, y Schiff.

En el epílogo, la hija de la autora cuenta que su madre sufrió un ictus antes de terminar la novela, pero que pudo concluirla con ayuda de ella y de otras personas, tras una ardua tarea. Queda la duda de si el final habría sido el mismo si la autora no hubiera padecido el derrame cerebral. Novela ambiciosa, muy bien escrita con personajes bien perfilados. Se nota la influencia de Emerson y de Thoureau.

Luis Ramoneda ara Club del lector