Demos gracias a Dios por los sacerdotes

Cambiar el mundo

Sin Autor

TODOS TENEMOS UNA GRAN RESPOSABILIDAD CON LOS SACERDOTES. RECORDEMOS QUE TODOS SOMOS IGLESIA.

Sin las manos consagradas de un sacerdote no podremos tener un pedacito del Cielo en la tierra, si hoy disfrutamos de la Eucaristía es gracias a el SÍ de un sacerdote que descubrió en su vida el inmenso amor a Dios y la pasión por salvar almas.

Nos queda fácil ver los pecados de algunos cuantos, y decir que todos son iguales, somos muy rápidos en juzgar, criticar y destruir, y nos encanta generalizar, a veces somos ingratos al decir que no nos gusta el sacerdote porque está viejo o porque no habla tan bonito, pero no entiendes que Dios está permitiendo que sea tu pastor es por alguna razón que no está en tus manos entender, sino aceptar sus propósitos.

Si te dieras la oportunidad de conocer a algunos sacerdotes, te darías cuenta de sus dones y talentos, y verías que son personas sensibles, amorosas, que les costó mucho su vocación y que en muchas ocasiones sienten la soledad de esta decisión.

Si eres iglesia que quiere caminar unida, que quiere seguir a Jesús, acompaña, apoya y anima a estos hombres en su misión.

Demos gracias por ellos, no nos unamos a la ingratitud del mundo, oremos por ellos, rodeémoslos guardando la debida distancia, pero no los dejemos solos en su misión.

Demos gracias a Dios y oremos por las vocaciones sacerdotales y los sacerdotes del mundo entero.

Feliz día de San Juan María Vianney