Ter Beek, una joven holandesa de 29 años, recibió hace unos días la aprobación final de un tribunal de Países Bajos para poner fin a su vida.
Tras varios años ha conseguido lo que pretendía, que se le practicara la eutanasia a causa de la depresión crónica que padece. Lo solicitó debido a la imposibilidad de mejorar, según el equipo médico que la atendía, y tras haber probado todos los tratamientos posibles
La joven holandesa, que vive con su pareja, es consciente del dolor que le va a causar a su familia, pero está decidida a seguir adelante. Dice que «ahora ha llegado el momento», que ya está preparada para ello y que está encontrando «cierta paz», aunque también se siente «culpable».
Fuente: El Español