Desde que los Benedictinos abandonaron el Santuario de Estíbaliz (Álava), por falta de vocaciones, sus nuevas ocupantes le han dado un gran impulso y nueva vida.
La comunidad de Peregrinas de la Eucaristía compuesta por 15 jóvenes monjas de diversas nacionalidades asumió el reto: «Vamos a aportar lo que nos ha pedido el obispo que aportemos: nuestro carisma eucarístico y mariano. Nuestra misión es que Estíbaliz sea un centro de acogida para toda la familia y para todas las vocaciones», afirmaba su fundadora.
Así es como han conseguido que más de 65.000 alaveses han peregrinado durante estos 12 meses al santuario de su patrona.
Comenzaron a invitar por sectores y gremios a todos los colectivos de la sociedad alavesa, han reabierto el bar y restaurante, y tienen otros proyectos como la hospedería o el centro de espiritualidad.
Fuente: El Debate