Antes de ser Papa el Cardenal Ratzinger se entrevistó con el Cardenal Martini. Dos teólogos muy diferentes pero con una gran estima recíproca.
El arzobispo milanés explicaba que nunca había escrito un libro. Ratzinger le contestó que, sólo traducidos al alemán y firmados por él, le había leído quince.
En tono de broma, Martini le dijo que no tenía que escribir y cansarse, sino que hablaba, le grababan, y después se lo redactaban y publicaban. Ratzinger dio a entender que la calidad de estas publicaciones, tan desigual, le había permitido intuir este modo de escribir.
Valga este recuerdo de homenaje a Benedicto XVI con motivo del aniversario de su nacimiento, como cada 16 de abril. Un Cardenal, y un gran Papa, que ha intervenido en nuestra historia reciente. Esperamos que siga influyendo con la rigurosidad de su pensamiento y de su obra teológica.
Rafael de Mosteyrín Gordillo