Cada 19 de marzo se celebra la importantísima festividad de San José; en el imaginario colectivo, muchas veces se representa como un venerable anciano, paciente y de rostro amable. Hombre justo y devoto, vivió en un plano secundario, junto a María y Jesús, siendo incluso desconocidos los detalles de su muerte. A él se encomienda la Iglesia porque a él se encomendó el mismo Jesús y la Santísima Virgen María.
A pesar de escribir en el día de su fiesta, no desglosaremos la vida oculta del santo, ni elaboraremos una comparación detallada. Simplemente, reflexionaremos sobre la figura paterna, a través de un largometraje en el que, un padre de familia, boxeador para más señas, emergió como inspiración en una sociedad deprimida en los inicios del agitado siglo veinte.
Cuando la familia está siendo atacada a diestro y siniestro, películas como Cinderella man, son un soplo de aire fresco donde la sencillez aleja las ñoñerías y el sentimentalismo predominante. Dirigida por Ron Howard, se estrenó en 2005, con un elenco de reconocido prestigio con actores como Russell Crowe, Renée Zellweger, Paul Giamatti o Paddy Considine.
Russell Crowe interpreta a James Braddock, un boxeador de ascendencia irlandesa que, en tiempos de la Gran Depresión (no, la de ahora no), logra junto a Mae, (Renée Zellweger) su sacrificada esposa, sacar adelante a su familia. Para ello, tendrán que pasar por mil penurias, vicisitudes y desengaños, que fortalecerán y curtirán el amor conyugal.
Una película de amor
Aunque cualquiera que conozca el argumento piense que es imposible que el amor aparezca en los combates de boxeo, aquí es una constante. No veremos nada que no nos resulte familiar o conocido en los tiempos que corren: cómo Mae, su mujer, se derrite con solo mirarlo, pero al mismo tiempo, le recrimina ciertas actitudes. Cómo Jim se esfuerza por complacer a Mae, pero cómo defiende su accidentado empleo.
Los dos forman un tándem imparable, protagonizando escenas de ternura y afecto, diálogos exquisitos en un contexto de sencillez y honestidad abrumadoras. No hay que olvidar tampoco otra historia de amor, más escueta y menos protagonista, entre Joe y su esposa.
El hombre que inspiró a la sociedad americana
Durante el inicio de la película, se pone al espectador en un contexto en el que puede comprender la acción que se va desarrollando. Especialmente conmovedor es el seguimiento de la masa social, hundida en la más terrible miseria y desesperanza, que fija su mirada en un luchador como Braddock, tomándolo como bandera y ejemplo.
La familia es lo primero
En la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza… lucha encarnizada contra la adversidad, en beneficio de los hijos, contra el amor propio pidiendo públicamente limosna para poder hacer frente a las deudas, sacrificio hasta el extremo de devolver algo tan necesario como la comida que un hijo ha robado por hambre… Ejemplos que se van sucediendo y que van mostrando cómo funciona la familia desde dentro, cuando las cosas no van tan bien.
Un detalle imprescindible: la alegría, el buen humor, la sonrisa… no desaparecen de cualquier manera. El dolor y el sacrificio los une para avanzar juntos, para enfrentarse a la penuria económica, a la falta de salud…En conclusión, antes de que algunos se lleven las manos a la cabeza o pongan el grito en el cielo por esta breve reseña, Cinderella Man es un canto al amor, alejado de sentimentalismos y de superficialidad, donde el matrimonio lucha con denuedo, a las duras y a las maduras, haciendo vivo cada día su compromiso y su entrega.
Francisco Javier Domínguez