En este momento hay en España 668.082 embriones congelados, que se dice pronto, según los datos aportados en las últimas semanas por la Sociedad Española de Fertilidad.
Desde que en el año 1988 se aprobó en nuestro país la ley que regula la reproducción asistida, los bancos de embriones sobrantes creados por las clínicas de fecundación in vitro (FIV) han ido en aumento.
Julio Tudela, director del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, afirma que cuando se recurre a esta técnica, lo habitual es crear muchos embriones hasta que uno quede bien implantado. Los demás se dejan congelados en nitrógeno líquido. Cuando se consigue el embarazo deseado, los sobrantes no se suelen reclamar. Transcurridos 4 años, si sus padres no los quieren, quedan disponibles para la donación a otras parejas —algo muy poco común— o para la investigación científica.
Las propias clínicas, ya se están manifestando abiertamente contra este almacenamiento ilimitado de embriones de los que nadie se hace cargo». Por ello, sostiene que «tenemos ante nuestros ojos un problema enorme. Las conciencias están dormidas. Tiene que haber gente que diga que esto no está bien», afirma Tudela.
Fuente: Alfa y Omega