«Los prejuicios eran: documental, español, sobre un cura, independiente, barato. La apuesta estúpida de un fracaso garantizado. Y los expertos me advirtieron: si crucificas a un sacerdote en público tendrás éxito, pero si hablas bien de un cura te van a crucificar a ti. Yo me enamoré de este cura y he procurado que la película fuera como él: para todos los públicos, divertido, humilde, que cure corazones. El éxito de La última cima es la colección de heridas curadas entre los espectadores que la han visto, aunque entraron en la sala llenos de prejuicios, creyéndose sanos».
Así describe Juan Manuel Cotelo, director de La última cima, su propia película. ¿Cómo te quedas? ¿Documental? Tostón ¿De un cura? Más tostón aún. Pero sin embargo, las cifras no dicen lo mismo: estrenada en 4 salas de cine, por petición popular se proyectó en más de 50 salas de cine del país, en su cuarta semana era la sexta película más taquillera de España del momento (superando películas de Hollywood), más de 6 meses en cartelera, uno de los documentales más vistos de la historia de España, más de 80 países solicitaron que se proyectara en su país, y las cifras podrían continuar. Es, de verdad, un milagro donde ves que Dios está detrás.
Pero ¿por qué? Porque el protagonista del documental, Pablo Domínguez Prieto, fue nada más y nada menos que un buen cura. Sí, sí, un buen cura, de esos que rompen moldes, prejuicios, de esos que la gente no cree que existan, curas que vale la pena conocerlos, sacerdotes que transforman corazones. Murió a los 42 años descendiendo el Moncayo y su entierro acudieron más de ¡3000 personas! Entre ellos 25 obispos. Esto demuestra que llegó a ser lo que fue porque el verdadero protagonista de su vida fue Dios, pudo llegar a ser otro Cristo porque su vida era Cristo. Todo en él, todo lo que hacía, todo lo que decía, toda su vida te llevaba a Dios, aunque no quisieras, aunque no te lo esperaras, porque Pablo era un vivo reflejo del amor de Dios.
Es un documental que te hará reír, emocionarte, motivarte, reflexionar, te va a romper prejuicios y te van a dar ganas de ser así, como Pablo, como otro Cristo, acabarás de ver la película con la pregunta ¿también yo podría vivir así? Te vas a dar cuenta de que la muerte no es el final, que el Cielo ya existe aquí en la Tierra, que nosotros tenemos que ser trocitos de Cielo aquí y ahora, tenemos que hacer saber a todos que esto existe y es real, que Cristo cambia la vida, que cura corazones. Todos estamos llamados a subir a la cima de nuestra vida, aspirar alto. «El secreto de La última cima es la alegría, la esperanza, el optimismo que transmite. El público está deseando salir de la sala de cine con las pilas cargadas para enfrentarse a la tristeza y el pesimismo. Es una oleada de ilusión, con los pies en la tierra y el corazón en el Cielo» – Juan Manuel Cotelo.
Para más información: http://www.infinitomasuno.org/produccion/la-ultima-cima/