El otro día en la universidad escuchaba a unas amigas hablando de un tema que me llevó a reflexionar bastante y tener un cierto punto de tristeza. Hablaban de como querían parecerse más y más a una serie de modelos -de las cuales ni recuerdo los nombres-, del desfile de Victoria´s Secret, de lencería para chicas.
Pues bien, el centro de la conversación era parecerse a una de ellas para gustarle más a los chicos y estar estupendas a ojos de todos. Comenzaron a hablar de los defectos de cada una… tras lo cual daba la impresión que eran una copia mala y barata de esas modelos, como que no tenía ningún valor.
Todo esto me llevo a pensar: ¿qué hemos hecho los chicos para que las chichas estén así de preocupadas por su físico y aspiren a ser auténticas top models como las de este desfile? Hemos caído en una cosa: la falta de vida interior.
- La falta de vida anterior. No nos vamos a engañar, una chica nos gusta por fuera y por dentro. Y de primeras, nos atrae por fuera, pero hemos dejado de mirar por dentro. Como no rezamos y no tenemos un trato con Cristo, nos preocupa exclusivamente el exterior -el físico-, y el interior de una chica nos trae sin cuidado. ¿Solo importa que una chica esté tremenda? Si para ti es así, ¿qué vas a hacer cuando empiecen a pesarle los años? ¿Tu amor por ella irá a menos?, ¿te divorciarás?
Apuesta por tenerlo a Él como por centro de vida, porque así serás capaz de ver más allá en una chica y tener una relación auténtica (no una de esas de un amor de verano, sino de ese amor que tu corazón anhela y busca aunque tal vez no lo sepas o no te hayas dado cuenta). ¿Cómo tenerle por centro de vida? Es mucho más fácil de lo que puedas pensar, comienza dándole tu sí y Él hará el resto.