Podría haber sido un jueves universitario legendario, una gran velada junto a la familia, o simplemente un apacible momento para desconectar de todo. Pero fue mucho mejor que eso, porque estuvimos con Él.
Ayer, un grupo de más de sesenta personas de todas las edades quisimos acompañar a los seminaristas de Jaén en una oración por las vocaciones ante el Santísimo. A lo largo de una hora, las preocupaciones, fatigas y problemas quedaron aparcadas para hablar con Jesús, pedir por nuestras intenciones y especialmente por las vocaciones, encomendar y escuchar atentamente lo que Él nos quisiera decir.
La energía que transmitieron todas y cada una de las intervenciones avivaron los sentimientos de los que estábamos allí. El silencio y el recogimiento quedaban sorprendidos por las canciones que de vez en cuando se entonaban. Él es la Felicidad, como en su plática indicó D. Juan Carlos Córdoba -vicerector del seminario- y durante una hora así lo sentimos, como bien quedó presente en los testimonios que Laura y Alejandro nos ofrecieron. Dios nos sorprende cada día, en cada momento y ante cualquier circunstancia, y nuestros dos compañeros de GivenFaith lo demostraron. Para poner un broche final al evento, después de la oración compartimos un rato agradable y divertido con todos los que asistieron entre aperitivos.
Agradecemos a todos los asistentes y en especial al Seminario de Jaén su invitación, porque ayer vivimos un momento insólito: en mitad de la semana, entre las fatigas que suelen secuestrar nuestro corazón, como siempre, Él y solo Él consiguió sacar lo mejor de nosotros para acompañarle y rezar por lo que todos estamos llamados a ser: discípulos fieles del mayor inconformista de la Historia, mensajeros del mayor mensaje jamás escuchado. En definitiva, ser como Jesús.
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