¿Por qué? ¿Por qué nos caemos tantas veces? ¿Por qué soy tan débil? ¿Por qué me cuestan tanto las cosas? Son una serie de preguntas que deberíamos pararnos a pensar más de vez en cuando.
Caemos e intentamos levantarnos día sí y día también. No somos perfectos. Y una cosa quiero decirte, ¡me encanta no ser perfecto!!
Levantarme cada día y luchar, luchar por amarte, es algo que no cambiaría por nada del mundo. Dicen que para que exista motivación tiene que haber un motivo. Pues bien, mi motivo eres Tú, mi motivo es quererte cada día más, quererte sabiéndome débil, quererte sabiéndome un desastre, quererte sabiendo que en algún momento del día la voy a liar. Cuando me pasa, recuerdo esta frase: “No he venido a salvar a los justos, sino a los pecadores”.
Y qué bonito es saberte querido también tal y como eres, con esa condición, esa condición imperfecta que es al mismo tiempo tan perfecta. Caerse significa que tienes otra oportunidad, otra oportunidad de levantarte y hacerlo mejor. Caerse significa conocerte mejor, conoceros mejor.
¿Qué hago con esa debilidad?
Te diría que la abraces, que la abraces con tanta fuerza que se vuelva roca. Y esa roca se convertirá en tu camino hacia el cielo.
No sé tú, pero yo siento que cada pecado mío es abrazado y sanado. Y dirás ¿qué fácil entonces, no?
Yo la lío y me perdona siempre.
El murió por ti, por mí, por nosotros y al caernos, Él sufre, sufre por todos. Y como nos quiere tanto, nos perdona y nos da la oportunidad de volver a estar junto a Él.
Javi Gaite
@javigaitee
