Escribe el periodista Austen Ruse, en Crisis Magazine, un artículo muy interesante en el que explica la situación en que se encuentra el Opus Dei dentro de la Iglesia, su historia desde su fundación en 1928, para terminar diciendo que pase lo que pase jurídicamente, él seguirá haciendo el Opus Dei.
Comienza exponiendo que el Opus Dei es a la vez complicado y bastante sencillo. Es complicado en cómo encaja como institución en la Iglesia y simple en lo que llama a hacer a sus seguidores.
Cuando san Josemaría vislumbró el Opus Dei era algo novedoso en el sentido de que la Iglesia parecía haber olvidado la vocación laical. Lo nuevo era la idea de que hombres y mujeres, célibes y casados, laicos y ordenados, pudieran tener “una única vocación única” dentro de una misma institución. La dificultad provenía del encaje jurídico que se le podía dar.
Tras configurarse como «Unión Pía», posteriormente «Sociedad de vida común sin votos”, vino una vivienda temporal llamada “Instituto Secular”. En aquellos días se hablaba de lo que entonces se llamaba “nuevas formas de vida cristiana”. Esto condujo a una constitución apostólica que permitía lo que se conoció como “Institutos Seculares”, pero dependía de la Sagrada Congregación de Religiosos. Los votos religiosos nunca han formado parte del Opus Dei.
Finalmente, tras el Concilio Vaticano II, y previa labor y perseverancia del fundador, pasó a ser una prelatura personal dependiente de la Congregación para los Obispos. Ahora, el Papa Francisco lo ha vuelto a incluir en la Congregación de los Religiosos.
«Dije arriba que haría el Opus Dei pase lo que pase. Lo que eso significa es que estoy llamado a vivir continuamente en la presencia de Dios, a ser contemplativo en medio del mundo, a santificar mi vida laboral y familiar, a santificar a los demás a través de mi trabajo y a hacer apostolado. Ésta es la vocación al Opus Dei».
«No es que el estatus canónico del Opus Dei no sea importante, lo es, pero a lo largo de la historia del Opus Dei, desde 1928 hasta la actualidad, no importa dónde haya estado nuestro hogar en la Iglesia, esta ha sido la misma vocación idéntica. de todos los miembros, por designio divino: laicos y ordenados, célibes y casados. Y no importa dónde acabemos dentro de la Iglesia, esto es lo que seguiremos haciendo».
«El Opus Dei fue inspirado por el Espíritu Santo, y como nos aseguró san Josemaría desde el principio, Dios le reveló que durará hasta el fin de los tiempos».
Fuente: Crisis Magazine
