Almudena, tenía unos sueños que cumplir y muchas aficiones. Una de ellas, viajar. Con más de 70 países visitados y una larga lista de aventuras, esta madrileña de 23 años acaba de emprender su último viaje: un periplo sin billete de vuelta para entrar a formar parte de un convento de carmelitas descalzas.
“Ahora viajaré a través de la oración, pero siempre desde un mismo lugar”, explica esta joven vocación a monja de clausura a tan sólo días del final del V Centenario de Santa Teresa. La ahora Hermana Almudena María de la Esperanza realiza sus votos temporales y con esto inicia de manera oficial la vida de clausura, no sin antes compartir su testimonio.