Javier González Meseguer y su esposa Sandra se casaron hace 22 años. En su proyecto de vida siempre contemplaron la adopción como una posibilidad para construir su familia si los hijos no llegaban de forma natural. Por eso, este matrimonio entiende la adopción como una vocación y, en su caso, como una evidencia del plan de Dios para su familia.
A día de hoy son padres de tres hijos: Blanca, Javier y Esperanza, a quienes adoptaron en diferentes momentos y tras largos procesos. Javier y su esposa tienen la certeza de que cada uno de estos «hijos del corazón» estaban pensados por Dios para construir su familia. «La adopción no es un plato de segunda, es de primera», dice Javier.
Escucha este testimonio fabuloso ofrecido por Mater Mundi