Poli Díaz, cura desde hace más de treinta años, recibió en La Purísima, su última parroquia en Salamanca, el calor cuando compartió con sus feligreses que había sido objeto de abusos sexuales con era niño.
Explicó que el tema de los abusos sexuales es muy doloroso y está vigente en nuestro mundo. Te conviertes en un pelele en las manos de una persona 20 años mayor que tú, que era mi párroco”, anunció.
Sufrió los abusos durante una década, “desde el final de mi infancia, hasta bien entrada la juventud. Durante muchos años, este trauma quedó archivado en un lugar de su subconsciente.
En enero de 2022, estando en Roma, se despertaron los recuerdos. «Me vino todo el dolor, el tormento y el sufrimiento de aquellos hechos tan terribles y bestiales”, comparte Poli Díaz.
Comenzó a ir a terapia y decidió cuidarse como personas. Por ello, le pidió al obispo que debía ausentarse de la diócesis durante un tiempo indeterminado. “Me lo facilitó enseguida. Así pude dedicarme de manera monográfica a mi curación».
Así se despedía de sus feligreses que le aplaudieron dándole su cariño.
Fuente: La Crónica de Salamanca
