Félix Ríos es cofrade desde que solo era un niño, como a la mayoría de los sevillanos y andaluces lleva la religiosidad popular en la sangre; esta es su forma de vivir la fe, en la comunidad que forma la Hermandad del Gran Poder. Esposo y padre de tres hijos, abogado y economista. Esta semana, como broche de oro a estas días especiales que vivimos en Cuaresma, hablamos con el Hermano Mayor del Gran Poder, una de las cofradías más importantes del país.
“Las Hermandades son un poderoso instrumento de evangelización”
«Ser cofrade no es más que vivir tu religión en el seno de una comunidad que tiene un carisma particular”
“Las cofradías están en primera línea de ayuda a los necesitados, sobre todo ahora en la crisis que cubre España”
Toda la vida a los pies del Gran Poder, ¿cuál es el momento más especial que recuerda?
Mi primera salida con acompañando al Señor en una Madrugada. Nunca lo olvidaré.
10.700 cofrades tiene el Gran Poder. ¿Qué significa para usted ser hermano mayor de una de las hermandades más importantes de la Semana Santa sevillana, la tercera mas numerosa, y de España?
Una enorme responsabilidad, no por la importancia de la Hermandad, que eso no son al fin y al cabo más que vanidades, sino por la importancia que tiene el Señor del Gran Poder como icono devocional y vínculo con lo Trascendente para tantas y tantas personas de Sevilla, de España y del resto del mundo, devotos del Señor hay en los cinco continentes; y la Hermandad ha de ser garante del mantenimiento y transmisión de esa devoción.
¿En qué consiste ser hermano mayor de una cofradía?
Conforme a las Reglas de nuestra Hermandad, el Hermano Mayor es el responsable ante Dios y ante la Iglesia de la Hermandad y de su vida y florecimiento. Preside la Hermandad, la representa y, en definitiva, le corresponde promover el cumplimiento de sus fines.
¿Qué hace exactamente?
El Hermano Mayor por sí solo poco puede hacer. Preside el Cabildo de oficiales, órgano ejecutivo de la Hermandad donde se integran los diferentes cargos, cada uno con una función, que existen conforme a las Reglas. Lo que ha de procurar es el Hermano Mayor es señalar el rumbo por donde se ha de discurrir, establecer acciones concretas y velar porque se lleven a cabo. Además de representar a la Hermandad ante los hermanos y terceros.
Muchas veces da la sensación de que los cofrades están para figurar y su momento de más lucimiento es el día que la estación de penitencia sale a la calle. El otro día, leyendo el pregón de Semana Santa de la Juventud Cofrade de Ciudad Real, decía el pregonero: “Hoy aquí no hay atril, ni pregonero, solo estás Tú. (…) No habrá calles, ni chicotás, ni nombres propios. No para el cofrade, sino para el cristiano cofrade”. ¿Qué opina? ¿Qué es para usted ser cofrade?
Partiendo de que el día de la estación de penitencia vamos cubiertos por un antifaz y no cabe el lucimiento personal. Que duda cabe que la vanidad pudiera ser una de las tentaciones en nuestras cofradías –como en cualquier otro ámbito de nuestra sociedad actual, tan prisionera de la imagen y del consumismo-, pero me niego a creer que esa sea la motivación principal de quien aspira a presidir una Hermandad.
Entonces, ¿qué es para usted ser cofrade?
No es más que vivir tu religión en el seno de una comunidad que tiene un carisma particular, a través de la devoción a unas concretas imágenes Sagradas, trasuntos de Dios y de su Madre.
¿Qué sentido tiene en su vida?
Los católicos estamos llamados a vivir nuestra fe en comunidad, y es en mi Hermandad del Gran Poder es donde encuentro esa comunidad.
“La Iglesia no tiene la misión de cambiar el mundo, pero si lleva a cabo su misión, el mundo cambia”, leí el otro día en el mismo pregón que le he mencionado. Las cofradías forman parte de la Iglesia, son Iglesia, ¿qué cree que aportan al siglo XXI?
Claro que somos Iglesia. Cuando nos visitan obispos de otras diócesis, siempre coinciden en que las cofradías actúan como dique contra la secularización. Hay que valorar la religiosidad popular como un verdadero tesoro de la Iglesia, tan criticada y casi despreciada por algunos. Y, aún con nuestros defectos –quién no los tiene-, estoy firmemente convencido de que las Hermandades son un poderoso instrumento de evangelización. A eso le añado que tradicionalmente, pero más aún en esta época de crisis que nos está tocando vivir, están en primera línea de ayuda a los necesitados mediante el ejercicio de la caridad, que es un fin reglado de todas ellas.
Enfocando en los jóvenes, ¿qué papel tienen en la Semana Santa sevillana?
En general, diría que tienen el papel que quieran tener, en algunas más pujantes y en otras menos, pero desde el gobierno de las hermandades somos muy conscientes de que hay que cuidar los grupos jóvenes que tienen la mayoría de las hermandades, porque son el futuro.
Gracias, Félix.