¡Vaya, parece que nos hemos cambiado los papeles! Que la vida no es fácil no es nuevo, pero que las cosas grandes suponen esfuerzo, no es menos verdad. Echando un vistazo a la revista Forbes, en su listado de personas más influyentes en 2015, no hay ningún joven en el Top 10. El más joven es Larry Page, fundador de Google, y tiene 43 años. La media de edad de los top 10 es de 61 años, y la cuarta persona más influyente de esa lista es el Papa Francisco, que en la Vigilia de oración con los jóvenes en Cracovia, decía: “el otro día hablaba de los jóvenes que se jubilaban a los 20 años, hoy hablo de los jóvenes adormentados, embobados y atontados, mientras otros, -quizás los más vivos, pero no los más buenos- deciden el futuro de nosotros (…)”; “pero la verdad, es otra, queridos jóvenes. No venimos al mundo a <<vegetar>>, a pasarlo cómodamente, a hacer de la vida un sofá que nos adormezca. Al contrario, hemos venido a dejar huella. (…) Para seguir a Jesús hay que tener una cuota de valentía (…)”. “Sed capaces de contagiar alegría, esa alegría que nace del amor de Dios, la alegría que deja en tu corazón cada gesto, cada actitud de misericordia”.
“Dios que nos invita a ser actores políticos, pensadores, movilizadores sociales. Que nos incita a pensar en una economía más solidaria que esta. En todos los ámbitos en los que nos encontremos, ese amor de Dios nos invita a llevar la Buena Nueva, haciendo de la propia vida una entrega a Él y a los demás. Esto significa ser valerosos, esto significa ser libres.”
A lo que propone el Papa, podemos poner pegas: que somos muy limitados, pecadores para seguir este “plan de vida”, pero nos recordó que Jesús apuesta siempre por ti, cuando te llama a la misión que sea. Ve más allá, a donde puedes llegar.
Ahora, te planteo: ¿Cómo influyo realmente en mis ambientes? ¿Te apuntas a esto?
Laura Ponce