Por José Alberto
@josealbertodel
María es el ejemplo perfecto de estas dos características: una Madre que no teme hacer sacrificios por su hijo; una Mujer con un corazón humano pero enamorado, con un amor puro e indescriptible por Dios un amor que no titubeo al aceptar su misión, una misión dura pero que le daría un motivo de vida, una misión de amor que le dejaría claro por qué había venido. Ella nos enseña que no hay mejor camino que el amor, nos demuestra cómo hay que entregarnos hasta el extremo y nos hace saber desde nuestra humanidad como entregarnos a Dios, así como Él se entregó por nosotros.
María es el más vivo ejemplo de que el alma que anda en amor no cansa ni se cansa, pero para todo lo que ella logró y todo lo que nos enseñó hubo un primer paso y fue permitir que el amor de Dios que tenía en su corazón, empezara a dar frutos; permitir que Jesús naciera por y en ella, y así nos demostró que es posible amar y entregarse al extremo con un corazón humano como el de ella, mirando siempre a Jesus en los demás y obrando por el AMOR de los amores.
La invitación este día es para que permitamos que Jesus crezca en nuestros corazones, y dejemos que el amor de Dios sea el que obre a través de nosotros, así como en María y poder decir SÍ siempre a la misión que Él nos disponga.
