Por Jaime Santos
@jaimesm_12
Mayo no es un mes cualquiera, ocurre igual que en febrero que es especial, pero mayo lo es aún más, mayo es un gran momento para acercarnos a la Virgen María.
Es este mes el que la Iglesia Católica tiene reservado a la Madre de la Iglesia, María, y es un gran momento para rezar el Rosario y mostrarle nuestro amor. Es eso, amor, y nos invita a proclamarlo y a amar con el corazón.
Cabe aquí una anécdota de hace ya un par de años, se acercaba este mes y se lo intentaba explicar a unos niños, pero por aquel entonces no lo entendía yo tampoco muy bien y por mucho que lo intentes, un niño sabe que no estás preparado y siempre hace una pregunta a la que no puedes responder: “¿por qué?”, pues bien, y ¿por qué no? ¿Por qué no vamos a acercarnos más a María en este mes?, ya sé que ella nos ve y sabe cuánto la queremos, pero nunca viene mal incrementar nuestros rezos y acordarnos un poco más de ella, es un mes también para la conversación, para preguntarle ¿qué quiere tu Hijo de mí, María? Ella es intercesora nuestra y es la mayor prueba de amor que podemos tener y es una ocasión única para hablar con ella y pedirle menos y mostrarnos dispuestos a cumplir su voluntad.
En definitiva, por si te tienes que enfrentar al ¿por qué? de algún niño este mes, es un mes de conversión y de mayor acercamiento a María donde no debemos pedir tanto, sino preguntar qué quiere Dios de nosotros y ponernos a su servicio y sobre todo entender que como el amor de María no experimentaremos otro igual.
