“El propósito del amor no es lograr algo que usted quiere, sino hacer algo por el bienestar de la persona que ama” (Chapman. Los cinco lenguajes del amor).
El autor de Los cinco lenguajes del amor nos da las pistas para sentirnos más queridos y proporcionar un amor auténtico a los demás, de manera que nuestro esfuerzo no resulte en vano, al saber centrar la energía en esa manera que quiere y necesita nuestro cónyuge (u otra persona a la que queramos amar mejor) para llenar su tanque de afecto.
En su libro, Chapman nos introduce en un hecho consabido: después de la fase del enamoramiento -donde todo es color de rosa, el tiempo vuela, el otro es maravilloso, sin defectos…- hay que poner altas dosis de voluntad para mantener el amor. Aparece la rutina: no todos los días son para tomar vino o ver los atardeceres juntos… Pero tenemos la oportunidad de aprender el lenguaje de amor del otro, para llenar su tanque de amor, que es el propósito del matrimonio: amar al otro, y sólo así, sentirse amado (porque naturalmente vendrá la reciprocidad).
Si tu cónyuge habla el lenguaje que tú necesitas para llenar tu tanque de amor, te sentirás lleno y feliz, y así el amor perdura. Por eso es importante conocer qué lenguaje amoroso necesitamos recibir de los demás, y qué lenguaje necesita tu cónyuge.
¿Cuáles son los cinco lenguajes del amor que Chapman descubre en sus consejerías matrimoniales?
Palabras de afirmación: Consiste en expresar aspectos de su comportamiento, apariencia física o personalidad que sugieran cumplidos, o palabras de gratitud, que edifiquen.
Tiempo de calidad: Se refiere a darle a la otra persona tu total y completa atención, apagando la TV, o dando un paseo solo los dos, o salir a comer juntos, para hablar, para mirarse a los ojos. Lo único que quiere de ti es que pases tu tiempo con ella y sólo con ella. A veces nos olvidamos que el matrimonio es una relación, y no un problema para ser solucionado (como estamos entrenados muchos de nosotros) ni un proyecto para ser completado.
Regalos. Recibir regalos es algo palpable, visible, y habla más que mil palabras sobre el cariño que le tienes, porque estabas pensando en ella y lo sabe, sin importar mucho si es caro o barato.
Actos de servicio. Es hacer cosas que tú sabes que le agradan al otro: cocinar la cena, preparar la mesa, colocar un cuadro en la pared, ordenar la habitación, hacer la compra, bañar a los niños, o acostarlos. Actividades que requieren tiempo, energía, y esfuerzo que, hechos de buena manera y con un espíritu alegre, son expresiones de amor. Tus hechos, tus actos, hablan mejor que tus palabras.
Toque físico. Vehículo muy poderoso de comunicación del afecto en la pareja. Tomarse de la mano, abrazarse, besarse, tener relaciones sexuales, son formas de expresar lo mucho que la quieres. Para algunas personas, este lenguaje es fundamental, primario, sin el cual se sienten despreciadas.
¿Sabes cuál es el lenguaje de amor principal que habla tu pareja? ¿Has sido claro y le has expresado el lenguaje de amor que necesitas para llenar tu tanque? No esperes que lo adivine. La mayoría de nosotros tendremos que aprender un segundo lenguaje amoroso (no podemos contar solamente con nuestra lengua nativa si nuestro cónyuge no la entiende). Si queremos que él o ella sientan el amor que tratamos de comunicar, debemos expresarlo en su lenguaje amoroso principal.
Finalmente, Chapman nos ayuda a descubrir nuestro lenguaje primario de amor usando tres caminos:
¿Qué cosas hace o deja de hacer tu cónyuge que te duelen profundamente? Lo opuesto de lo que te duele será tu lenguaje de amor.
¿Qué es lo que le pides con más frecuencia? Será lo que te hace sentir más amado.
¿De qué manera expresas generalmente el amor a tu cónyuge? Puede ser un indicador de que eso es lo que te hace sentir a ti más querido.
Llenar la necesidad de amor de tu esposo-a es una decisión que puedes tomar cada día. Si decides hablar el lenguaje principal de amor del otro, sus necesidades más profundas serán satisfechas y se sentirá seguro-a de ti. ¿A que merece la pena?