La historia de Paola y Ángelo es una de esas que dan para el guion de una película de cine. Se conocieron en una parroquia en Nápoles. Él tenía 16 y ella 15. Se enamoraron y transcurridos 9 años hicieron planes de boda.
Sin embargo cuando recibieron el sacramento de la Confirmación, en 2006, todo se puso patas arriba. ´Teniendo una vida resuelta aparentemente, Ángelo no era feliz.
En es momento ella le deja. «Fuimos a la conferencia sobre la Renovación en el Espíritu Santo en Rimini y Dios le hizo entender a Paola que quería que fuera suya, pero ella no pudo aceptarlo. Me dejó por primera vez en mayo. Después de un tiempo nos volvimos a juntar porque ella no podía decir su «sí» al Señor. En octubre, sin embargo, Dios superó sus obstáculos y Paola me dejó, concluyendo definitivamente nuestra historia». Hoy es una feliz Carmelita Descalza.
Una noche «después de haber rezado las Vísperas, le hago a Dios la fatídica pregunta con la que Don Michele nos había acosado durante los años de frecuentación de la parroquia: ‘¿pero por qué estoy en la tierra? ¿Qué quieres de mí?’, comenta Ángelo.
Comienza su discernimiento que le llevó a Ingresar al seminario a los 26 años, a los 33 fue ordenado sacerdote. «Cada vez que estoy en Nápoles voy a su monasterio (al de Paola, ahora sor María Giuseppina) La historia no ha cambiado tanto: cuando estaba comprometida me sermoneaban. ¡Me siguen pillando hasta siendo sacerdote!».
Fuente: Avvenire