En el estado de Oregón, si eres cristiano coherente, no puedes adoptar un niño. Así lo denuncia Jessica Bates, viuda y madre de cinco hijos.
Ella quedó viuda 2017 al morir su marido en un accidente de coche. En 2022, Bates tomó conciencia de la necesidad de ayudar a niños huérfanos y decidió adoptar. Comenzó el proceso de adopción a través del Departamento de Servicios Humanos de Oregón (DHS), con la esperanza de adoptar un grupo de hermanos.
Cual no fue su sorpresa que se le exigía decir que «respetaría… y apoyaría» la «orientación sexual, identidad de género y expresión de género» de un niño hipotético.
El DHS le preguntó si estaría dispuesta a llevar a un niño a recibir terapia hormonal en el contexto de una “transición” de género. Ella dijo que no y lo llamó como era: abuso infantil.
Le denegaron la adopción y hoy en día está inmersa en una demanda en la que alega que las normas promulgadas por el DHS de Oregón violan sus derechos a la libertad de expresión, la libertad de asociación y el libre ejercicio de su fe protegidos por la Primera Enmienda.
Fuente: Life news