Todos los días durante los últimos 60 años, una religiosa de 89 años ha caminado 6 km para rezar y atender a los pacientes en un hospital del estado de Espírito Santo (Brasil).
Se trata de sor Otília: «Mi corazón no acepta descansos, porque para el enfermo no hay descansos. Cuando me muera, me detengo”, dijo la religiosa.
“Me olvido de mi misma por el enfermo, voy a todas las camas. Se la enfermedad que sea, sea quien sea. Esto es como mi segundo hogar“. Su vida transcurre entre el tiempo que dedica a su Oración, a los enfermos y a costura para los demás. Una auténtica vida de entrega a Dios y a los demás. ¡Qué gran ejemplo!
Fuente: ChurchPop