Por Laura Gómez
@desdedeentro_
Hola Jesús:
Hoy te escribo a los pies de tu Cruz. Ayer miraba hacia arriba y pude verte sufrir, lleno de heridas y dolorido, por cada uno de nosotros.
Jesús, yo sé que tienes mi nombre presente, sé que estabas pensando en mí en ese preciso momento, en el momento más duro de tu vida, estás lleno de Amor por mí y sufres por cada una de mis heridas… Y renuevas con las tuyas cada una de mis miserias.
Por eso, quiero unirme a tu dolor y ser también consuelo para tu Madre, mi madre, María. Quiero curar cada una de tus llagas con mis buenos actos; quiero hacer que tu sacrificio valga la pena, que Tú has muerto por mí porque esperas algo grande de cada uno, así que ayúdame a ser testigo tuyo en medio del mundo.
Enséñame también a no tener miedo, a coger mi cruz y querer cambiarme por Ti cada minuto de mi día. Enséñame a abrazar mi cruz porque, en realidad, significa entrega y sacrificio. La cruz significa esperanza, saber que Tu lo puedes todo, que Tu Amor por nosotros es tan grande que hace nuevas todas las cosas, que hace que cualquier dolor valga la pena. Enséñame a ver la cruz con afán de santidad, a aprender que como Tú, puedo levantarme y caminar después de una caída.
Enséñame a confiar, aunque tenga miedo. Aunque muchas veces piense que no doy la talla, aunque realmente no te merezca; hazme ver que Tu solo quieres mi corazón y que nada más te hace falta.