“El que camina en la oscuridad no sabe adónde va; mientras tengáis luz, creed en ella y seréis hijos de la luz”. (Jn 12, 35-36).
Creer y confiar. Solo bastó con estas dos cosas para darme cuenta de que Jesús estaba y había estado presente absolutamente siempre.
Mi nombre es Andrea y tengo 22 años. Para poneros un poco en contexto, yo nací en una familia que podría catalogarse entre atea y no practicante por lo general. Mi padre, asombrado, me dice: “No sé cómo tienes fe si no lo has mamado”. Ahora tengo una respuesta para eso, por fin lo he descubierto. Dios me quiere y está conmigo, él me eligió. Lleva demostrándomelo toda la vida, aunque en muchísimas ocasiones yo no me daba cuenta. Ahora puedo decirlo con seguridad: ¡Soy la niña de sus ojos!
Y qué fecha tan bonita para contaros esto, para hablaros de cómo vivir con la alegría de la Resurrección de Cristo durante la Pascua y durante la vida. ¡Dejadle entrar en vuestro corazón! Dios os escucha y os habla, os lo aseguro. Habladle y escuchadle vosotros también. Y, sobre todo, sed conscientes y disfrutad de todos los regalazos que os va haciendo.
Jesús dio su vida por ti y, aunque a veces encuentres obstáculos en el camino, recuerda que él soportó el peso de la cruz solo para que tu vivieras. Soportó todo el sufrimiento para tu salvación. El señor no te va a cargar con una cruz que no seas capaz de llevar, CONFÍA EN ÉL. Vivir la vida a través de sus ojos lo cambia todo.
¡Gloria a Dios!
Andrea Jiménez Bascón
@dreewmoon