Por Javier Gaite
El otro día me preguntaba un amigo qué significaba para mí la vida. Lo primero que me salió fue pensar que la vida era algo que pesaba, que quemaba los días como si nada. Pero la vida tiene un sentido, sí, tu vida tiene un sentido.
Agradece. Da gracias por haber nacido, por poder respirar, porque muchos no llegan a ese punto, por haber tenido unos padres que, aunque creas que no te quieren, te quieren por encima de todo. Agradece la suerte de tener los amigos que tienes, la novia que te has echado – ¡cuídala! -, el colegio al que vas, la universidad en la que estudias… Así podría seguir durante horas.
«Es de bien nacidos ser agradecidos» suelen decir. Agradece al ‘Jefe’ por darte la oportunidad de vivir la vida que tienes y de ser como eres.
Y si igual estás leyendo esto y piensas que tu vida es una mierda, si a lo mejor, crees que no tienes que agradecer nada a nadie, te pediría que te pararas durante un segundo y mires dentro. Mira en el fondo de tu corazón y verás cómo empiezas a sacar mil cosas por las que agradecer.