“Escuchar al corazón de los hombres” y responder a su sensibilidad allí donde están es la clave de 10 Minutos con Jesús, según D. Javier Sánchez-Cervera de los Santos. Don Javier es sacerdote y párroco en San Sebastián de los Reyes, pero también coordina una de las plataformas para la oración con más éxito en España, Hispanoamérica y el continente europeo.
En primer lugar, don Javier, ¿cómo aparece la iniciativa de 10 Minutos con Jesús?
Bueno, no fue idea mía, sino de una madre, en un colegio de A Coruña: María Feria. Ella quería ayudar a sus hijos a que rezaran. Chavales jóvenes, terminando el colegio, muchos hijos… Veía que no encontraba materiales adecuados para la oración. Empezó a pedirle al capellán que grabara unos audios: las pláticas que daba a los niños y a los jóvenes; que las grabara en formato sencillo, simpático.
Él se estuvo resistiendo bastante. Ella insistió mucho, como buena mujer y madre de familia numerosa ―actual subdirectora del cole― y… Al final, empezó a grabar los audios. Unos meses después, yo me encontré esto en julio y, en agosto, el día 22, hicimos el primer grupo de Whatsapp. Fue cuando empezó a crecer muy fuerte; es la fecha que situamos como inicio del proyecto.
¿Cómo ha ido evolucionando la plataforma desde entonces?
Al principio, éramos cuatro curas, grabando con el micrófono del móvil. Conforme fue creciendo el volumen, fuimos ampliando la platilla de sacerdotes… Ahora estamos 15 en español. Al principio, lo mandábamos solamente por Whatsapp. Luego, empezó a saltar ―de manera espontánea― a YouTube, iVoox, Spotify, Apple Podcast, Google Podcast… Y fuimos, un poco, buscando sinergias, con los aventureros que estaban difundiendo por otras plataformas, para crear canales propios nuestros.
En pocos meses, estábamos en 10 mil, 15 mil personas. Eso llamó la atención de los medios. Salieron varios artículos en revistas, en la radio… lo cual dio más difusión. Así que, bastante pronto, creció mucho. Fue la primera iniciativa de este tipo en Whatsapp, la primera vez que se utilizaba, dentro de la Iglesia, Whatsapp, como una red social ―digamos―, que podía viralizar un contenido.
Pasados los meses, empezó a saltar a otros idiomas, a través de sacerdotes que nos conocían, que preguntaban, y a los que íbamos ayudándoles un poco: el 22 de agosto de 2019, empezamos en inglés; en Semana Santa de 2020, comenzamos también en francés; luego, en portugués; y, finalmente, en alemán.
Lo mejor son las miles de historias de cambios de vida y de ayuda a la gente que nos van llegando continuamente.
¿Qué es lo que resulta más difícil de sacar adelante un proyecto como este?
Me parece que lo más difícil es mantener el nivel ―de los predicadores, de las meditaciones― conforme vamos creciendo. Eso significa que hay que hacer un esfuerzo para tratar de poner nombre a las características que queremos que tengan, pensando en el público que buscamos: chavales jóvenes que han rezado o no saben rezar pero lo han dejado y están queriendo encontrar otra vez a Dios.
Hacer una hoja de estilo, entender qué es lo que les llega, evitar los lenguajes técnicos, ser cercanos y auténticos… son características que los jóvenes aprecian muchísimo. También, mantener ese nivel conforme han ido creciendo en otros idiomas exigía explicar a otras personas, en otros países, la iniciativa y la filosofía. Eso, me parece, ha sido lo más difícil.
Por otro lado, ¿qué es lo que, personalmente, le parece más bonito?
Lo mejor son las miles de historias de cambios de vida y de ayuda a la gente que nos van llegando continuamente. ¡Es muy bonito! El audio de este pasado 22 de agosto, el aniversario, recoge esa experiencia de agradecimiento que tenemos todos los sacerdotes por historias preciosas: desde vocaciones encontradas, matrimonios que se han fortalecido, hombres y mujeres que han vuelto a la Confesión, a la Misa, que se han planteado cambiar de vida, personas que encuentran tranquilidad en el hospital, enfermos, actitudes ante el fallecimiento de seres queridos en estos meses de la pandemia, cuidados del ángel de la guarda en situaciones especiales… Historias que nos van llegando y son realmente preciosas, emocionantes, motivadoras.
¡Muchas felicidades por esta celebración del cuarto aniversario!
¡Muchas gracias! Somos un equipo grande y esa es nuestra fortaleza. En esto estamos no sólo los quince curas en español, sino equipos parecidos en los otros idiomas. Y, junto a nosotros, hay mogollón de personas en redes, en la parte técnica, en la distribución de Whatsapp… Es un equipo bonito y grande.
¿Qué ha aprendido estos años?
Para mí, la enseñanza es el secreto del éxito de 10 Minutos con Jesús: identificar una necesidad, la de rezar; al mismo tiempo, una carencia de medios adecuados. En segundo lugar, poder dar respuesta adecuada a eso con el proyecto. Y, tercero, utilizar la forma de difusión más habitual, donde está la gente. Es una enseñanza de: escuchar el corazón de los hombres, responder conforme a su sensibilidad y difundir, dar la respuesta en los lugares donde ellos están. Me parece que está todo muy en la dinámica de la Encarnación de Cristo, que es algo que en la Iglesia no terminamos de entender.
Lo que te impulsa a levantarte cada mañana es Dios.
¿Cuáles son las expectativas que se barajan a futuro?
Para el futuro… ¡Lo que Dios quiera! Mantener el nivel y estar con los ojos abiertos para lo que el Señor vaya pidiéndonos. Vamos haciendo algunas colaboraciones: este año, con la Pastoral de Jóvenes para el Camino de Santiago; el año pasado, con la Deleju (Delegación de Infancia y Juventud) de Madrid para la Javierada… A mí, esa parte me hace mucha ilusión: poder salir un poco del ámbito nuestro y convertirnos en una herramienta no sólo para la oración de jóvenes individuales, sino al servicio de la Iglesia también desde algunas instituciones. Esa parte me hace mucha ilusión, pero será lo que Dios quiera.
Finalmente, ¿qué mensaje lanzaría a esa joven, ese joven, que escucha 10 Minutos con Jesús cada día?
Le diría que lo que te impulsa a levantarte cada mañana, lo que te mueve cuando vas a la uni, cuando quedas con los amigos, cuando estás “de copas” o cuando sales con tu novia… es Dios. Y a Dios lo vas a encontrar, sobre todo, en la oración. Porque Él está muy cerca de ti.
Luis Sierra