Hace unos días me encontré con un amigo que me preguntó, ¿cómo va eso de cambiar el mundo? Pensé en estos 4 meses y esos más de 28.000 amigos que habéis visitado alguna vez el Blog; en esas 43.000 visitas a los post; a los que fueron a la Ermita del Campus y a los que nos seguís en Facebook y en Twitter y le conteste: el mundo ya ha empezado a cambiar.
No puedo olvidar a Borja Langdon, Andrés Sánchez o Marisol Escribano que confiaron en nosotros para dar su testimonio de que, en las circunstancias difíciles, se puede cambiar el mundo.
Pero para que ese cambio se produzca, al paso de Dios -que es el paso que queremos seguir-, hacen falta dos cosas. La primera de ellas es tu oración y la segunda es que pienses si no ha llegado el momento de enrolarte en este barco y dejes de pensar lo bien que se está junto a la estufa.
Te puedes preguntar pero, ¿qué hago?. Lo primero es que ésta pregunta te la tienes que formula con sinceridad y lo segundo que enrolarte en alguna de las iniciativas que buscan cambiar el mundo no es tan difícil. No hay más que pensar en los voluntarios del Banco de Alimentos, en Caritas o los catequistas de la parroquia a la que tu asistes los domingos. O… por qué no… colaborar con GivenFaith. Es cuestión de querer.
Nosotros, desde aquí, sólo te pedimos una cosa: ¿no crees que ha llegado el momento de pensar un poco más en los demás?