Gracias a Dios en el mundo hay personas con alma que se preocupan de los demás, que no viven sólo para sí mismos. El Confidencial nos relata en un artículo la generosidad de una de estas personas:
Eduardo Balboa del Cid como buen superhéroe, lleva una doble vida. Es policía por la mañana y por la tarde, se transforma. Este chico de 28 años, complexión atlética y alegría a prueba de bombas se enfunda el traje de Spiderman y recorre Madrid para ‘salvar’ niños con cáncer. Lleva varios años disfrazándose del héroe de Marvel visitando las plantas de oncología de los principales hospitales de España para animar a los chicos, hablar con ellos e incluso ayudarles a transitar «sin miedo» en su camino hacia el otro lado cuando la medicina ya no puede hacer más.
«He acompañado a 29 niños a su marcha hacia la muerte«, explica a El Confidencial sin perder la serenidad. «Si los médicos no pueden salvarle, yo tampoco puedo; esto lo asumo; no puedes salvarle ni frustrarte por ello», reflexiona Edu, como le gusta que le llamen cuando no se ciñe el traje del hombre araña. En ese momento, en el que ya se percibe el final de sus pequeñas pero grandes vidas, el héroe de Marvel saca sus superpoderes. «Los acompaño a marcharse sin miedo, les digo que todo saldrá bien, que se irán al Cielo, les doy la mano y les ayudo a que se vayan tranquilos», cuenta con una alegre paz.
ha acompañado en sus momentos más difíciles a niños musulmanes, cristianos y de todas las creencias, que no hace distinción y que se limita a darles lo que tiene dentro para transmitirles tranquilidad y seguridad con la que afrontar el momento más trascendental de su vida. «No hablo de lo que no sé; pero, a ver, evidentemente, el niño se va a algún lugar cuando fallece y por eso le doy la mano y le acompaño para que se vaya tranquilo«.
«En el proceso de la muerte nunca me disfrazo, generalmente porque el niño está en la cama, en coma; estoy a su lado y ya está», describe Edu, quien considera que «en parte también es bonito acompañar a morir»
«Los lazos son indestructibles pase lo que pase», sentencia antes de recordar ejemplos de estas relaciones. «El domingo voy a la boda de una mamá que perdió a su hijo en octubre«, cuenta el funcionario.
«Cuando voy sin disfraz soy como un hermano mayor de los niños; hablo con ellos, juego a muchas cosas; depende del tipo de cáncer, de la situación del chico o la chica, hago unas cosas u otras», explica. «A los adolescentes, que ya son más conscientes de las cosas y tienen miedo a lo que les puede pasar, trato de quitarles ese temor hablando con ellos«, añade. «A los pequeños, les hago juegos para que estén ocupados y lo pasen bien, para que sigan siendo niños y no se pierdan su infancia; a algunos, si veo que es procedente, les digo que conozco a Spiderman y que si quieren vendrá en unos días a verles», relata Edu.
«Nunca he sufrido estas enfermedades ni yo ni nadie de mi familia, lo hago porque quiero, porque veo que es bueno», insiste el héroe de carne y hueso, que también asegura haberse convertido en un «abanderado del trasplante de médula«, sobre todo a raíz de la amistad que le unió con Pablo Ráez, que falleció hace un año tras convertirse en un fenómeno mediático por su lucha contra la leucemia y a favor de la donación de médula. «Le conocí la primera vez que se puso enfermo, luego le acompañé tras su segunda recaída y hasta su muerte; fue un gran amigo mío», sentencia.
El artículo original, que es bastante más amplio y detallado, puedes leerlo aquí: https://www.elconfidencial.com/espana/2018-05-26/poli-spiderman-cancer-ninos-change-org_1568504/