Dios no es una alternativa más

Catequesis

Hoy, antes de empezar a leer, vamos a imaginarnos por un momento que estamos con nuestra pandilla. Una de nuestras amigas se nos acerca (si eres chica va a ser un amigo el que se te acerque) y nos pregunta: «fulanito, ¿te apetece que vayamos al cine?» No sé vosotros, pero yo lo más seguro es que le preguntara: «¿qué película quieres ver?». Y si me convence… tal vez iría y si no me atrae quizá sacaría cualquier excusa para rehusar su ofrecimineto.

Ahora vamos a imaginar que no es una amiga cualquiera del grupo la que nos hace la pregunta sino que es nuestra novia: esa chica de la que estamos enamorados cual quinceañero en su primera relación. ¿A que en este caso lo ultimo que os importa es saber qué película vais a ver? Quieres ir al cine, o al fin del mundo si te lo pide porque con ella no importa el plan sino con quien lo haces.

Jesus con niñoCon el Señor nos puede pasar igual. Podemos convertirlo en un colega de pandilla y apuntarnos a los planes que nos propone sólo cuando nos apetecen o cuando nos parece que lo necesitamos porque no nos queda más a lo que agarrarnos (en la enfermedad, dolor, pérdida de un ser querido…). O también podemos convertirlo en un AMIGO de los de verdad, de esos como a los que queremos con el corazón y cuyos planes nos dan igual porque con estar con él nos basta.

Pero, ¿cómo descubrir esos planes? Fácil: busca sus signos. Primeramente en la oración personal, pero también y muchas veces a través de los sucesos de alrededor: una pérdida, la enfermedad propia o ajena, un viaje a un sitio que no querías ir… o incluso a través de conversaciones sinceras con amigos que tocan la fibra que no queríamos que nos tocaran.

Dios se vale de todo y de todos para hablarnos y nosotros no podemos dejar el Amor para otro día. Dios no nos puede interesar por sus planes, Dios nos debe interesar porque es Dios, porque es nuestro Padre y porque nos demos cuenta o no, siempre busca y quiere lo mejor para nosotros. Convierte a Dios en el amigo que se merece ser: ¡en el primero de todos y con el que primero cuentes!