Me comentas que tienes una vida muy completa y ajetreada, que no paras: trabajo profesional, amigas, encargos en colegio, deporte, matrimonios amigos, hijos… A veces tienes la impresión de que con tantas cosas no llegas a todos los temas con los hijos y te preguntas en que «batallar más».
Lo que quieres saber en el fondo es cuál es el fin primordial en la educación, pues teniéndolo claro ya se ve mejor en que asuntos ser más insistente y ¡en los que puedes hacer la vista gorda!
Pues la solución es muy fácil si leemos y estudiamos a Tomás Melendo: Fin primordial de la educación, dice él, es:
«Enseñar a Querer»,
es de las cosas mas bonitas y profundas que he leído.
Está muy relacionado con lo que cualquier padre quiere para sus hijos.
Por unanimidad, pienso yo, te dirían que quieren que sus hijos sean felices y ser feliz está directamente relacionado con sentirse querido.
El que se siente querido es feliz y el que se siente muy querido es muy feliz.
Y para sentirse uno querido necesita saber querer.
Entre mis alumnas la más valorada siempre no es la más simpática, ni la más delgada, ni la más guapa, ni la más lista, ni la que tiene de todo… (esas cualidades a veces despiertan envidia, peloteo…) todas aprecian y quieren a la que trata bien a todas, no critica, está disponible, sonríe, es amable y siempre se preocupa de ellas.
Pues todo lo que haga referencia a saber querer, preocuparse de los demás, no hablar mal de sus compañeros, ir a un cumple si te invitan, ser agradecido con la cuidadora, llamar a un amigo enfermo, pensar en sus hermanos cuando quedan pocas chocolatinas, que aprenda a hacer favores, espíritu de servicio, visitas y llamadas cariñosas a tíos y abuelos, eso y todo lo que haga referencia a pensar en los demás es ¡¡¡LO MÁS, ES ACIERTO SEGURO!!!!!