Novela romántica, con un toque de magia, sobre el universo de los libros y de las librerías. Ambientada en Londres en la época actual, la acción se desarrolla especialmente en la librería de Edward Livingstone, un excéntrico librero de unos 42 años, familiar lejano del famoso doctor David Livingstone, que descubrió en 1849 las cataratas del río Zambeze. En el barrio del Temple, regenta su preciosa librería “Moonlight Books”, un viejo inmueble de dos plantas con fachada azul, escalera de caracol y una claraboya en forma piramidal para contemplar las estrellas en el cielo nocturno. Allí atiende a todo tipo de clientes que buscan novedades, clásicos y consejos para sus próximas lecturas, es decir, el señor Livingstone se presenta como un genuino librero inglés: “excéntrico, un poco gruñón pero honesto, rendido admirador de Shakespeare y muy crítico con todo lo publicado después de 1950” (p. 91).
Además por la librería, irán pasando los diferentes personajes principales de la trama como Sioban Clark, editora y eterna novia de Livingstone; Oliver Twist, un niño astrónomo de 8 años que pasa allí las tardes cuando sale del colegio; Agnes Martí, de Barcelona, licenciada en Arqueología, que busca un trabajo estable en algún museo londinense y comienza siendo ayudante de librero; e incluso un apuesto policía e investigador de Scotland Yard, llamado John Lockwood. Entre todos ellos, día tras día, se van creando y entrelazando relaciones de cariño, de amor y de amistad que darán un giro a sus vidas, porque una pequeña librería puede cambiar una vida (o mejor, muchas): “Había empezado a comprobar que la felicidad surge de los brotes más pequeños e inesperados” (p. 112).
Reseña de Ana María Díaz Barranco para Club del lector