Alejandro y Águeda tenían la vida rutinaria de un matrimonio bien avenido. Familia, trabajo, salud… Todo parecía ir bien. Un día, la mano derecha de Águeda dejó de funcionar. El diagnóstico no se hizo esperar: Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). Lo que parecía una sentencia de muerte se convirtió en una llamada de esperanza al encontrar a Dios en la enfermedad.
El libro recoge las dos caras de la enfermedad. Por un lado, la transformación humana y espiritual de Águeda al atravesar su dolor. Por otro, el papel callado y silencioso – pero crucial – de Alejandro como ayuda necesaria para llevar una cruz con forma de enfermedad.
¿Puede tener sentido transcendental una enfermedad terrible como la ELA?
Nunca había leído un testimonio tan completo de una persona que, junto con su familia, sufre la enfermedad de ELA. Águeda está casada y tiene tres hijos. Está casi inmóvil pero puede hablar y, por lo tanto, dictar esta historia de su enfermedad. En general, ante un caso así, hablaríamos de la tremenda historia de esta mujer, pero no es el caso. Águeda se ha encontrado con Dios en estos años y ha “negociado” con Él la posibilidad de tener un tiempo para prepararse, quizá pensando sobre todo en su familia.
Reseña de Ángel Cabrero Ugarte para Club del lector